La lana de acero es un consumible utilizado para el cristalizado de suelos.

También se utiliza la lana de acero como estropajo en diferentes labores de limpieza y en restauración. Podemos utilizarla también como suave de maderas y otros materiales.

Podemos clasisficar la lana de acero en función de su grado de abrasión de manera que la más gruesa es más abrasiva y la más fina es la más suave.

Grosores de la lana de acero.

Se enumeran siendo la más gruesa el número 4, despues tendriamos la lana de acero de n3 , n2, n1,  0 , 00 , 000, 0000 siendo esta última la más suave.

La lana de acero funciona como catalizador de una reacción química.

Su función cuando es utilizada para la cristalización de suelos, es la de acelerar la reacción química que se produce entre el cristalizador (fluosilicato de magnesio) y el carbonato cálcico de algunos suelos como el terrazo y el mármol.

Con la máquina rotativa frotamos la lana con el suelo y, juntamente con el producto químico producimos un película brilante y protectora que le da un aspecto lustroso a nuestro suelo.

Hemos de tener cuidado con el manejo de la lana de acero ya que puede producir cortes profundos si se intenta cortar con las manos, especialmente las más gruesas.

Suele presentarse en rollos que tendremos que cortar para realizar una almohadilla a la medida del diámetro del plato de la rotativa que vayamos a utilizar.

También podemos encontrar almohadillas ya hechas para este fin.

Durante muchos años la instalación de suelos de terrazo y mármol fue muy común en España y la industria del pulido y abrillantado de suelos llegó a ser muy próspera, con el consiguiente consumo de lana de acero.

Posteriormente y debido a la incorporación de otros tipos de suelos no cristalizables, el bajón de la construcción y la utilización de nuevas técnicas para renovación de suelos, ha disminuido muchísimo su uso.